La casa intrigante


Estuvo ahí, siempre, perenne con su color azul y su aspecto de indiferencia. Pero ayer cambió, eran demasiadas las tejas caídas, la pintura desconchada, la pregunta curiosa del porqué todavía seguía en pie. Quizás fue esa luz roja que encendió su último día, una habitante incógnita que anunciaba su marcha con nubes pesadas, llamando en nuestras cabezas para dar paso a un nuevo espíritu.