El Camino



Cuentan que un día retomó aquel camino, ese que le llevaba a la sorpresa alegre de lo conocido, un día de Reyes Magos a punto de llegar. Los edificios altos se transformaron en árboles y las aceras en campos con olor a hierba recién cortada. Un pie, otro pie, las manos , el torso… a cada paso se sacudía otros senderos y renovaba sus ganas de andar en busca de aquel bosque prometedor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

su ausencia valió la pena pues, en su regreso, nos obsequia con un trocito de otra parte que sabe a nuevo, a principio de ciclo, dulce oxígeno, entre árboles e infancia, que apetece respirar.